Literatura

domingo, 22 de abril de 2012

Fred y Rosemary West: "Los Asesinos de La Casa de los Horrores"




Frederick Walter Stephen West nació en 1941 en el pueblo de Gran Marcle, a unos 120 kilómetros al oeste de Londres. cometio incesto con una de sus hermanas y la había dejado embarazada, pero que ella había abortado. Estas historias eran típicas de Fred West, quien desde muy joven se obsesionó con el sexo y gustaba de narrar historias truculentas y fantasear de manera exacerbada. En sus declaraciones posteriores, Fred afirmaría que su padre violaba a sus hermanas, diciéndoles: “Me debes la vida, así que me perteneces y puedo hacer lo que desee contigo”.

Rose siempre fue una mala alumna. El exceso de peso la convirtió en el blanco de las bromas crueles de sus compañeros. Respondía entonces con agresiones físicas y peleaba constantemente a golpes. En su adolescencia, Rose mostró señales de ser sexualmente precoz. Le gustaba caminar desnuda por la casa después de bañarse. Además, se metía en la cama de su hermano menor para acariciarlo y practicarle sexo oral. También empezó a relacionarse furtivamente con muchos hombres mayores que ella.



En 1958, a los diecisiete años, Fred West quedó gravemente lesionado a causa de un accidente de motocicleta. Después del accidente, era propenso a ataques repentinos de ira y parecía haber perdido el control sobre sus emociones. También se acentuó su mitomanía. Después de su recuperación del accidente, Fred se dedicó a delinquir: cometía distintos tipos de hurto y se volvió un obsesivo coleccionista de herramientas y artículos de ferretería: clavos, tornillos, taladros, martillos, llaves, gatos hidráulicos, todo lo que sirviera para mecánica, carpintería, construcción, fontanería, electricidad, Fred lo coleccionaba

Berkley Mill, la granja donde se crió Fred West

Por esa época conoció a una atractiva jovencita de dieciséis años de edad: Catherine Bernadette Costello, más conocida como Rena, quien había tenido problemas con la policía desde su primera infancia. En 1961 Fred Se mudó y consiguió laborar como obrero en proyectos arquitectónicos. No pasó mucho tiempo antes de que fuera sorprendido robando en los sitios de construcción y teniendo relaciones sexuales con menores de edad.

Rena Costello y Fred Parecían una buena pareja. Sin embargo, Rena no era una chica inocente: tenía antecedentes de prostitución y robo. Además estaba embarazada de un conductor de autobús japonés. Los padres de Fred se opusieron a la relación

Rena y Fred se casaron en secreto en noviembre de ese año. Aunque Rena había sido prostituta, la incontrolable sexualidad de Fred llegó a hartarla. Poseía un voraz apetito sexual que nunca estaba satisfecho. En esa época, Fred conducía un camión de helados, que le brindaba acceso ilimitado a muchas mujeres jóvenes. Era cortés y parecía sincero, así que siempre estaba rodeado de adolescentes. A pesar de su promiscuidad y las constantes infidelidades, Fred, era muy posesivo con Rena y Charmaine. En 1964, Rena tuvo una hija de Fred a quien llamaron Anne Marie.

Poco después del parto, Fred conoció a Anna McFall. Fred y su familia volvieron a Gloucester. Consiguió entonces trabajo en un matadero. Esto tuvo un profundo efecto sobre Fred. El investigador Colin Wilson afirmó al respecto: "Una cosa está clara: en algún momento, Fred West desarrolló una morbosa obsesión por los cadáveres, la sangre y el desmembramiento. Las evidencias sugieren que la necrofilia y el deseo de mutilar cadáveres se inició durante su período como carnicero”.

Mientras tanto, su matrimonio era cada vez más inestable. Rena quería irse a Glasgow con sus hijos, pero Fred se negó, por lo que regresó a Escocia sola. Pero se sentía miserable sin sus hijas y en julio de 1966 regresó a Gloucester, para encontrar a Fred y Anna McFall viviendo juntos en un remolque. Coincidentemente, hubo ocho ataques sexuales en el área de Gloucester, cometidos por un hombre de la descripción de Fred.

A principios de 1967, Anna McFall quedó embarazada. Ella estaba tratando sin éxito que Fred se divorciara de Rena y se casara con ella. Fred, sintiéndose acorralado, decidió ejecutar una de sus fantasías: la mató y la enterró cerca del parque de casas rodantes donde vivían, en algún momento del mes de julio. Pero antes de sepultarla, la desmembró, extrayendo inclusive al feto para enterrarlo junto a ella. Desde ese primer crimen, Fred estampó su firma en un macabro ritual: le cortó a Anna McFall los dedos de las manos y los pies, así como los huesos de las rodillas. Lo haría con todas sus víctimas y guardaría por años aquellos macabros recuerdos.

Rena regresó a vivir con Fred. Él la convenció para que se prostituyera de nuevo. Aprovechaba las ausencias laborales de Rena para acariciar sexualmente a Charmaine. Luego, Rena no aguantó más y se marchó de allí, dejando a Fred al cuidado de las dos niñas. West pasaba horas abusando sexualmente de ellas todos los días. El 29 de noviembre de 1968, mientras trabajaba como conductor de la entrega de panadería, conoció a una desgarbada y anodina joven que se convertiría en su otra mitad. Ninguno de los dos sabía que su encuentro cambiaría la historia criminal de Inglaterra. El nombre de la chica era Rose Letts.

Fred y Rose West 

A mediados de 1969, Rose vivía con su padre, con quien, según algunas versiones, sostuvo durante años una relación incestuosa. Bill Letts tenía fama de abusar sexualmente de las niñas, aunque nunca se demostró nada. Tras su encuentro con Fred, comenzaron a verse a escondidas. No tardaron en convertirse en amantes y Rose se fue a vivir con él. Pero Bill Letts no estaba de acuerdo y se enfrentó a Fred, acusándolo incluso ante los Servicios Sociales, ya que Rose seguía siendo menor de edad.

Bill Letts papa de Rose

Mientras tanto, West fue enviado a prisión por varios robos y la falta de pago de multas por infracciones anteriores. Rose volvió con su padre, hasta que descubrió que estaba embarazada. A los dieciséis años, Rose dejó la casa de su padre para vivir otra vez con Fred, y cuidar de Charmaine y Anne Marie. En 1970, ella dio a luz a su hija Heather.

En el verano de 1971, Charmaine simplemente desapareció. Rose le dijo a su hermana Anne Marie que Rena había ido a buscarla. Los investigadores creen que Rose perdió los estribos y fue más allá de lo habitual, no conformándose con golpearla. Como años después diría Anne Marie, “era una mujer totalmente sin autocontrol, que se convirtió en una especie de loca”. Fred seguía en prisión. Cuando al fin salió, regresó a su casa para iniciar una nueva etapa en su carrera criminal.

La extraña desaparición de Charmaine le dio a Fred la oportunidad deshacerse de Rena. Un día la citó para hablar; Fred estaba muy borracho. No tardó mucho en comenzar a golpearla y después estrangularla. A continuación, desmembró su cuerpo y le quitó los huesos de los dedos de manos y pies, y también los de las rodillas. Puso los trozos en bolsas y la enterró en la misma área donde había sepultado a Anna McFall.

En Gloucester había una gran población de negros antillanos. Fred vio en ello una forma de gratificarse sexualmente y de paso, ganar algo de dinero. Comenzó a invitar a todos los negros que podía para que visitaran su casa en Midland Road. Una vez allí, bebía con ellos y después los invitaba a tener sexo con Rose. Fred era un voyeur consumado y disfrutaba observar a través de una mirilla, cómo aquellos desconocidos poseían a su mujer.

También tomaba fotografías y decidió publicar algunas de aquellas imágenes en revistas de contactos sexuales. También continuaba su búsqueda de nuevas mujeres. En enero de 1972, Rose y Fred contrajeron matrimonio en el Registro Civil de Gloucester. Cinco meses después, en junio, nació su nueva hija. La llamaron Mae West su nacimiento hizo que decidieran que necesitaban una casa para criar a su familia en crecimiento y dar también cabida al negocio de prostitución de Rose. Buscaron un sitio cercano y tranquilo y finalmente lo hallaron.


Rose West en las fotografías publicadas para obtener contactos sexuales




El número 25 de Cromwell Street fue el lugar elegido su interior era grande, había un garaje y un tamaño de buena bodega, Aquella vieja casona se convertiría en el palacio de Rose y Fred, el sitio donde él instauraría su castillo particular, al cual la prensa bautizaría, años después, como “La Casa de los Horrores”.



Fred tenía planes para el sótano. Su obsesión con las herramientas y su pasión por construir, arreglar y modificar cosas, lo llevaron a experimentar con su casa de una forma enloquecida. Durante años, siempre hubo algo que Fred estaba componiendo o modificando en la casona. Adaptó el sótano como una auténtica cámara de torturas, incluso con paredes a prueba de ruido.

La primera víctima a quien llevaron allí fue a su hija Anne Marie, quien tenía apenas ocho años de edad. Él y Rose la desnudaron y le dijeron que tenía suerte, que ellos se encargarían de enseñarle cosas para que, cuando se casara, pudiera satisfacer a su esposo. La niña no sabía de qué le estaban hablando. Le amarraron las manos a la espalda y la amordazaron. Mientras Rose la acariciaba, Fred la violó. El dolor era tan severo que la niña no pudo ir a la escuela por varios días. Se le advirtió que no debía decirle nada a nadie sobre aquel hecho. Desde entonces, casi todos los días Anne Marie fue desnudada, atada, amordazada y violada por su padre antes de la hora del almuerzo.

A finales de 1972, Fred y Rose acogieron en su casa a Caroline Owens, una hermosa jovencita de diecisiete años de edad. Rose y Fred competían entre sí para seducirla. Al poco tiempo, Caroline rechazó a ambos y les dijo que sentía repugnancia por aquella situación. Eso los molestó mucho, así que Fred le dio una golpiza. Luego la llevaron al sótano, donde la desnudaron y ataron con unas cadenas que colgaban del techo. Fred se dio gusto azotándola con su cinturón, hasta que la chica se desmayó por el dolor. Cuando se recuperó, Fred la violó y sodomizó. Rose también abusó sexualmente de ella. "Te voy a mantener en el sótano y a dejar que mis amigos negros te violen, y cuando me aburra te vamos a matar y a enterrar bajo los adoquines", la amenazó Fred. Aterrorizada, ella se desmayó de nuevo. Al volver en sí, Rose y Fred decidieron liberarla. Rose inclusive la curó y consoló. Por qué la dejaron ir es un misterio. 


Caroline fue con su madre y presentó una denuncia. Ella vio las lesiones y llamó a la policía. Hubo una audiencia en enero de 1973. Fred tenía treinta y un años y Rose solamente diecinueve; además, estaba embarazada de nuevo. Fred convenció al juez de que Caroline había participado en una especie de juego sexual sádico por propia voluntad. A pesar de los antecedentes penales de Fred, el juez no creyó que los West fueran capaces de la violencia descrita por Caroline y decidió que aquella chica mentía. Les puso una multa y el caso quedó cerrado.

Los West se hicieron amigos de Lynda Gough, una costurera muy joven a la que invitaron a vivir con ellos. Lynda se trasladó a Cromwell Street supuestamente para cuidar de los niños. Rose y Fred la llevaron al sótano y la torturaron durante varios días, además violándola y sodomizándola dos o tres veces cada día. Luego la estrangularon. Fred la desmembró y la enterró en una fosa en el garaje: era el primer cadáver que habría en aquella casa. Fiel a su ritual, le quitó los huesos de los dedos y de las rodillas. Cuando la familia de Lynda fue un día a buscarla, les dijeron que aunque había trabajado allí, se había marchado sin decir a dónde se dirigía. Para colmar su felicidad familiar, en agosto nació su nuevo hijo, Stephen West.
  
Fred continuaba haciendo mejoras a la casa, de manera obsesiva. Amplió el sótano, acondicionó una bodega y demolió el garaje para construir una extensión de la casa principal. Estas mejoras se realizaban por la noche, cuando Fred había salido de trabajar y su familia dormía. Pasaba horas enteras modificando, lijando, clavando, reparando, construyendo.

La siguiente víctima fue Carol Ann Cooper, de quince años de edad. La secuestraron en noviembre y la utilizaron como juguete sexual durante varios días. Rose cada vez participaba más en los macabros rituales de su esposo. Abusaba sexualmente de las chicas, ayudaba a Fred a sujetarlas para que pudiera violarlas a gusto, y también las golpeaba con saña, a veces con más crueldad que el mismo Fred. Carol Ann murió estrangulada y tras ser descuartizada, pasó a formar parte de la creciente ciudad de los muertos en el subsuelo del número 25 de Cromwell Street.

En diciembre, la estudiante universitaria Lucy Partington. Tuvo la desgracia de encontrarse con Fred y Rose, quienes se ofrecieron a llevarla en su automóvil. Al igual que ocurrió con Carol Ann Cooper, fue torturada, violada y sodomizada durante aproximadamente una semana. Era el 3 de enero de 1974. Lucy, como Carol Ann Cooper, fue reportada como desaparecida, pero no había nada para vincular a las dos chicas con el matrimonio West.



Entre abril de 1974 y abril de 1975, tres mujeres jóvenes, Therese Siegenthaler de veintiún años, Shirley Hubbard de quince, y Juanita Mott de dieciocho, corrieron la misma suerte que Carol Ann Cooper y Lucy Partington. Sus cuerpos torturados, desmembrados y parcialmente deshuesados, fueron enterrados bajo el suelo del sótano de la casa West en Cromwell Street.


Experimentar torturas novedosas se estaba convirtiendo en una nueva emoción para Fred y Rose. Mientras estaba viva y atada, la cabeza de Shirley fue envuelta por completo con cinta adhesiva y le colocaron un tubo de plástico insertado en la nariz para que pudiera respirar. La tuvieron así por días y la mataron sin quitarle la cinta. Cuando años más tarde la policía desenterró su cadáver, el cráneo aún estaba envuelto en la cinta y el tubo seguía pegado al sitio donde estaba la nariz.


Juanita Mott fue sometida a una esclavitud aún más extrema: fue amordazada con una ligadura formada por dos pares de calcetines blancos de nylon; además la ataron por completo, usando entre otras cosas un sujetador y dos pares de medias, así como varios metros de cable eléctrico cubierto de plástico. Hicieron complicados nudos alrededor de sus brazos y muslos, muñecas, tobillos y cráneo, horizontal y verticalmente, hacia atrás y hacia delante a través de su cuerpo, hasta que ella sólo podía retorcerse como un animal atrapado dentro de aquella madeja.


A continuación, colgaron su cuerpo del techo con un nudo corredizo final, formando un lazo. Así colgada, se dedicaron a golpearla con palos. La dejaron allí por varios días, hasta que se cansaron de ella y la estrangularon. Fred quitó las ataduras lo suficiente para quitar los huesos de dedos y rodillas, y luego la enterró sin descuartizarla, aún envuelta.



En 1976, Fred comenzó a invitar otra vez a sus amigos antillanos para que tuvieran sexo con Rose. Le excitaba ver a aquellos negros penetrando a su mujer, sobre todo cuando practicaban sexo anal y Rose gritaba de dolor y placer. Fred se compró una cámara de video y grababa todos los encuentros. Luego disfrutaba viéndolos acompañado de Rose y de sus hijos en el televisor de la sala, mientras comía papas fritas y bebía una cerveza. Los niños tenían que permanecer durante aquellas funciones, a veces durante horas, mientras Fred comentaba los detalles de cada encuentro grabado. Cuando terminaba, sabían que su padre los violaría antes de que se fueran a dormir.


Fred animó a sus amigos negros para que violaran también a las niñas; hasta construyó un bar llamado “Magia Negra” para que todos pudieran beber y divertirse mientras abusaban de sus hijas. Durante mucho tiempo, las pequeñas de Fred serían abusadas diariamente por su padre y por los amigos de éste.

El bar “Magia Negra” 


En 1977, Fred había remodelado el piso de arriba de la casa para construir un cuarto especial donde Rose recibiría a sus amantes, con ambientación adecuada y orificios para colocar las cámaras y poder ver el interior. Rose no utilizaba ningún tipo de protección con nadie y no se sorprendieron cuando quedó embarazada. Cuando el bebé nació, era una niña negra, a la que bautizaron como Tara West.


Casi al mismo tiempo, Fred llevó a la casa a Shirley Robinson, una ex prostituta bisexual de dieciocho años de edad. Pronto se hizo amante del matrimonio y durante un tiempo fue una tercera participante en sus juegos sexuales. Shirley quedó embarazada de Fred, lo cual despertó los celos de Rose.


Shirley quería desplazar a Rose para convertirse en la mujer de Fred West, pero Rose no estaba dispuesta a permitirlo. Rose presionó a Fred hasta que, en diciembre de 1977, Shirley se unió al resto de las chicas enterradas en Cromwell Street. El sitio bajo las baldosas estaba lleno, así que Shirley fue enterrada en el jardín trasero, después de que Fred la descuartizó, le quitó los consabidos huesos y le extrajo el feto para sepultarlo junto a ella.


En noviembre de 1978, Rose y Fred tuvieron otra hija: Louise West. Con ella ya había seis niños en aquel retorcido hogar. Para esas fechas, Fred dejó embarazada a su hija Anne Marie, pero el producto se alojó en una de las trompas de Falopio y la chica tuvo que abortar.

1979, los West recurrieron a su viejo truco de recorrer las paradas de autobús en su automóvil, y secuestraron a una adolescente llamada Alison Chambers, quien sufrió el destino de todas las demás. Alison pasó días atada a las vigas del sótano, fue azotada, golpeada, violada y abusada, para luego ser estrangulada, su cadáver descuartizado y mutilado, y finalmente quedar enterrada en el jardín, junto a Shirley. Rose seguía concibiendo hijos sin control.



En junio de 1980, Rose dio a luz a Barry, el segundo hijo de Fred. En abril de 1982, nació Romero Junior, que no era hijo de Fred, sino de uno de los negros antillanos. En julio de 1983, Rose dio a luz a otra bebé a quien llamaron Lucyanna, también negra. Rose se volvió cada vez más irracional y golpeaba a los niños sin provocación. Estaba harta de tener tantos hijos, pero Fred la amenazó para que no se cuidara. A esos hijos de hombres negros, Fred les llamaba "Los Bebés del Amor"



En 1986, el muro de silencio filial que había protegido a los West se rompió. Heather le contó a su novio sobre los abusos a que la habían sometido desde niña. El chico se lo contó a sus padres y desde ese momento, la vida de Heather quedó en riesgo. No pasó mucho tiempo para que Fred llevara a Heather al sótano. Allí la golpeó mientras le reprochaba haberlo traicionado. Después de violarla por última vez, la estranguló. En una larga noche, Fred se dedicó a descuartizar el cadáver de su hija. No dejó de cumplir puntualmente su ritual, y los huesos de los dedos y rodillas de Heather pasaron a formar parte de la colección de Fred. A los otros hijos, Rose y Fred les dijeron que Heather se había marchado de la casa.



El sotano

















Sin embargo, Fred le pidió a Stephen que lo ayudara a cavar un nuevo agujero en el jardín. Allí enterró a su hija. Los otros chicos se dieron cuenta del destino de su hermana. Rose construyó un negocio de prostitución gracias a la publicidad que Fred llevaba a cabo en revistas especializadas. Rose tenia en su cuarto trajes de cuero negro, las máscara, los látigos, las cadenas que el matrimonio usaba para algunos de sus juegos más inocentes. 

En una de las últimas orgías organizadas por los West, invitaron a sus amigos antillanos y consumieron drogas y alcohol. Los negros se turnaron para violar a todos los hijos del matrimonio en el transcurso de la fiesta, ante la mirada lasciva de Fred y la sonrisa cómplice de Rose.

La suerte de los West estaba llegando a su fin. Durante una fiesta a la que Fred invitó a muchos jóvenes drogadictos y a sus amigos antillanos, una de las chicas más jóvenes fue violada por Fred con la ayuda de Rose. Cuando la jovencita se recuperó, le dijo a su novio lo que había ocurrido en la fiesta. Su pareja fue a la policía y el caso quedó asignado a Hazel Savage, persistente detective. Hazel conocía a Fred de sus días con Rena y recordó las historias que Rena le había dicho acerca de las perversiones sexuales de Fred.

El 6 de agosto de 1992, la policía llegó a Cromwell Street con una orden de cateo para buscar pornografía infantil y la evidencia de abuso de menores. Encontraron cientos de grabaciones y fotografías. Arrestaron a Rose por ayudar en la violación de una niña. Fred fue detenido por violación y sodomía de una menor. Los niños más pequeños fueron llevados a un centro de asistencia. Con Fred en la cárcel y la policía tras ella, Rose tomó una sobredosis de pastillas para tratar de suicidarse. Su hijo Stephen la encontró y le salvó la vida. Luego se dedicó a pasar los días comiendo dulces y viendo películas de Disney en la sala de su casa.
Hazel Savage interrogó a los familiares y amigos de los West. Cuando habló con Anne Marie, oyó por primera vez la historia acerca del extremo maltrato y el abuso constante al que habían sido sometidos. También expresó su preocupación por la desaparición de Charmaine, que Hazel había conocido a partir de sus experiencias con Rena. Hazel tenía todo lo necesario para procesar a Fred por abuso infantil, pero decidió seguir investigando la desaparición de Charmaine, Rena y Heather


El 24 de febrero de 1994 fue el principio del fin. Por la tarde, la policía fue a buscar a Fred West a Cromwell Street. Fred estaba trabajando. Rosemary los recibió y le entregaron la orden de presentación para su esposo. Fred se perdió un buen rato. Jamás se supo dónde estuvo entre el momento de la llamada y su arribo a la estación de policía. Apenas llegó, intentó explicar la ausencia de su hija: "Muchas de las niñas desaparecen, usan un nombre diferente y entran en la prostitución. Además, Heather era lesbiana y tenía problemas con las drogas”.


A medida que excavaban, más y más huesos iban apareciendo. Clasificar los restos e identificarlos no sería una tarea fácil. Nueve conjuntos de huesos fueron descubiertos en el sótano y la policía no sabía de quién eran. Rose se distanció de los crímenes de Fred para tratar de salvarse. Se puso como una víctima más de aquel hombre cruel. Pero la policía no le creyó y buscaron las pruebas para conectarla con los asesinatos. Fred siguió tratando de cooperar con la investigación.




Gracias a ello, los cadáveres de Rena, Anna McFall y Charmaine fueron encontrados. En el caso de Mary Bastholm, Fred decidió no dar más datos y su cuerpo nunca fue hallado. En la audiencia conjunta, Fred intentó consolar a Rose, pero ella evitó su contacto y se mostró fría e indiferente con él. El rechazo de Rose fue devastador para Fred.


El caso había estallado en los medios y todos los días se publicaban notas sobre los hallazgos de la policía. Asesinato en serie, torturas, descuartizamiento, pornografía, orgías, pederastia, incesto, filicidio, la historia tenía de todo y los reporteros se peleaban por averiguar los nuevos detalles escabrosos a cada momento.


La Casa de los Horrores” se vio rodeada por policías y periodistas durante semanas. Poco antes del mediodía del Año Nuevo, en la prisión de Winson Green, en Birmingham, mientras los guardias estaban almorzando, Fred West se ahorcó en su celda con las tiras de una sábana. Había planeado su suicidio con suficiente antelación para poder consumarlo.





Muerto el principal culpable y a pesar de la escasez de pruebas de su vinculación directa con los asesinatos, Rosemary West fue a juicio el 3 de octubre de 1995. Un amplio número de testigos, incluyendo a Caroline Owens y Anne Marie, dieron testimonio de las agresiones sexuales y los sádicos abusos de Rose. El objetivo de la fiscalía, dirigida por Brian Leveson, fue la construcción de una red de indicios de la culpabilidad de Rose


El jurado tardó muy poco tiempo en encontrar a Rosemary West culpable de los asesinatos de Charmaine, Heather, Shirley Robinson y las otras chicas enterradas en la casa. El juez la sentenció a cadena perpetua por cada uno de los diez cargos de asesinato. Con su condena, uno de los peores casos criminales de la historia de Inglaterra parecía cerrarse. Pero no era así.


En octubre de 1996, la casa de los West, en el número 25 de Cromwell Street junto con la casa 23 de esa misma calle, fueron demolidas y se convirtió el lugar en un paso peatonal. Además, cada ladrillo fue aplastado y cada madera de la casa fue quemada, para que ningún cazador de recuerdos tomara un souvenir. Era también tratar de destruir el recuerdo de “La Casa de los Horrores”.


En julio de 1997, el Ministro del Interior, Jack Straw, sentenció a Rosemary West a morir en prisión. Fue la segunda mujer en ser sentenciada a morir en prisión en Inglaterra: la otra era la asesina en serie Myra Hindley, que formó junto con su amante Ian Brady la pareja de infanticidas conocida como “Los Monstruos de los Páramos”. Con ella, Rose West compartió celda durante sus dos primeros años de reclusión.


Stephen le dijo a la policía que, mientras visitaba a su padre en la cárcel en diciembre de 1994, Fred West se había jactado de que el cuerpo de Bastholm nunca sería encontrado. Dijo que su padre hablaba de otras víctimas y le había dicho: “No van a encontrar a todos, ya sabes, nunca”. Stephen luego, específicamente, le preguntó acerca de María. Su padre le respondió: “Nunca le digas a nadie dónde está”. Con el tiempo, se especularía que Fred West podría haber matado, descuartizado y enterrado a más de cien mujeres.


Ese mismo año, Stephen West fue condenado por tener relaciones sexuales con una niña de catorce años. El hijo de los asesinos declaró que se trataba de “una relación por amor” y efectivamente, la niña respaldó su declaración. Pese a todo, su esposa lo apoyó mientras estuvo en prisión.


La historia del matrimonio inglés que convirtió su hogar en la famosa “Casa de los Horrores”, torturando, violando, matando, descuartizando y enterrando jovencitas e inclusive esclavizando sexualmente y asesinando a sus propios hijos, caló muy profundo en la opinión pública inglesa.

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